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Mostrando las entradas de 2021

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La cena con mi prima

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Esto sucedió hace casi un par de años atrás. Mi prima, de 24 años, madre soltera de dos niños de diferentes padres, me invitó a un encuentro que cambiaría la percepción que tenía de ella. Yo, con apenas 18 años, vivía con mi madre y mi tía, la madre de mi prima. Ella había atravesado recientemente una separación dolorosa y estaba sumida en una melancolía que la llevó a organizar una noche de pizzas en su casa con algunos amigos. No tengo mucha conexión con ella, pero por pura casualidad, estábamos juntos en mi casa cuando me extendió la invitación, pidiéndome además que la ayudara con la preparación de las pizzas. Justo cuando estaba a punto de inventar una excusa para declinar, mi madre, conocedora de mi talento culinario, me animó a ir, recordándole a mi prima lo bien que me salían las pizzas. Así ...

LA INVITACIÓN DE LOS AMIGOS DE MI MARIDO

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Hace cinco años que estoy casada, viviendo una vida que era un espejo de tranquilidad hasta que las grietas empezaron a aparecer. Mi esposo, con una sombra de celos que a veces se convertía en una tormenta de ira y violencia, me llevó a un punto donde la idea de infidelidad se convirtió en una liberación, un motivo justificable para el dolor que él me causaba. Esa noche, acordamos ir a un restaurante con pista de baile, junto a dos amigos de mi esposo, Omar y Julián. Omar, el casado, y Julián, el eterno soltero con una nueva compañera cada luna. Mi esposo me pidió que vistiera un vestido blanco, corto, que besaba mis rodillas, con medias naturales, un atuendo que me hacía sentir como una flor en primavera, atrayendo las miradas de los que pasan. Llegamos al punto de encuentro, pero las parejas de mis acompañantes no aparecieron, excusándose con la típica razón de que no quer...

El primer trio

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Soy una mujer de 43 años, casada, con tres hijos, conservando mi figura gracias al deporte diario. Mis atributos, aunque modestamente descritos, son un busto elegante y un trasero firme, esculpidos por la dedicación al ejercicio. La historia que voy a compartir es de esas que nunca imaginé vivir. Mi marido, con el pasar de los años, había insinuado la idea de un trío, algo que al principio rechazaba con vehemencia, tachándolo de inapropiado. Sin embargo, su paciencia y el conocimiento profundo de mis deseos más ocultos, cultivado en 22 años de matrimonio, fueron minando mis defensas. Nos introdujo en este juego de fantasías con un juguete, un consolador que parecía más real que la vida misma, más grande que la naturaleza de mi esposo. Este se convirtió en un ritual semanal de nuestro amor, y con el tiempo, en una necesidad personal para mí, incluso en momentos de soledad. Una noch...

El masaje de mi suegro

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La invitación para disfrutar un fin de semana en una estancia de campo llegó como una brisa de verano, prometiendo días llenos de sol y noches estrelladas. Llegamos el viernes por la tarde, la cena fue una reunión íntima, y pronto mi suegra, con una excusa para salir, llevó a mi esposo a la ciudad cercana, dejándome en la quietud de la casa con la piscina como mi refugio. Decidí aprovechar el sol en su máxima expresión, estrenando un bikini tan delicado que parecía tejido de rayos de sol, apenas un susurro sobre mi piel. Las tiras finas como hilos de luz no ocultaban mucho, y menos aún la parte trasera, donde el sol parecía besar cada curva con una intimidad que solo la naturaleza podía presenciar. Había olvidado, en mi soledad, la presencia de mi suegro, Ernesto, un hombre de pocas palabras pero con una mirada que podía desnudar el alma. Meses atrás, en otra visita...

La reunión de amigos

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Hola, soy Fernanda, una mujer casada desde hace cinco años, de estatura mediana, 1.60 metros, con una silueta esbelta, piel blanca y un cabello castaño oscuro que cae como una cascada. Dicen que mis atributos más notables son mis curvas traseras y mis piernas, y no es de extrañar, ya que el gimnasio es mi segundo hogar. Hace poco, me reuní con mis amigos de la preparatoria para tomar un café. Decidimos dejar a nuestras parejas en casa para que la nostalgia y la camaradería fluyeran sin restricciones. Llegué un poco tarde al encuentro y, al saludar, me senté junto a un amigo que, en nuestro pasado escolar, había mostrado interés en mí, aunque entonces no me atraía. El tiempo, sin embargo, había sido generoso con él, transformándolo en un hombre de notable atractivo. La reunión fue encantadora, pero como la noche avanzaba, algunos comenzaron a despedirse. Mi amigo, al...

Mi esposa toma las riendas

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Mi esposa, Gabriela, es una mujer de una sensualidad que parece atraer la mirada del sol mismo. Su cuerpo es un poema de curvas y elegancia, y en la intimidad, siempre le susurraba fantasías de ser deseada por otro, notando cómo esa idea la encendía como una hoguera. Pero estas eran solo palabras nocturnas, susurros de deseo que se desvanecían con la mañana, hasta que un día, ella aceptó jugar con esa fantasía. Me preguntó si estaba seguro, advirtiéndome que no habría vuelta atrás. Confesé que la idea me excitaba más de lo que podía expresar, y ella, con una sonrisa, decidió tomar las riendas. Buscamos en redes de contactos, y ella eligió a Rafael, un hombre de 45 años, con un físico que prometía aventuras. Después de semanas de charlas a través de WhatsApp, acordamos una cita en nuestra casa. Esa noche fue una revelació...

Mi suegra

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Soy José Luis, de 28 años, casado con Helena, de 23. Vivimos a solo un suspiro de distancia de mis suegros, y debo confesar que mi suegra, Eva, es una mujer que parece haber detenido el tiempo en su juventud. Mi suegro, aunque un buen hombre, parece haber olvidado la joya que tiene a su lado. Eva siempre se viste con un estilo que armoniza perfectamente con su edad, pero con un toque de seducción que no se puede ignorar. Su vivacidad es contagiosa, y su pasado de juventud debió haber sido impresionante, marcado por tatuajes que adornan su espalda y el tobillo izquierdo. Tiene unos senos que desafían el paso de los años, manteniendo una firmeza envidiable, y un trasero que dibuja la forma de un corazón, resaltado por sus ojos de un verde oscuro que parecen ver más allá de lo superficial. Desde que Helena y yo éramos novios, había una electricidad en el aire entre Eva y yo, capturada en miradas que solo noso...

Todo pasó por invertir en Intense live

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Cuando Juan y Analía decidieron invertir en Intense, nunca pudieron imaginar que terminarían en este laberinto de deudas y promesas rotas. La plataforma se derrumbó, llevándose consigo no solo sus esperanzas de ganancias, sino también sumergiéndolos en una deuda de 6,000 dólares con un prestamista usurero, Raúl, para financiar su entrada en ese esquema de Ponzi disfrazado de oportunidad. El préstamo debía pagarse en 48 cuotas, pero Juan apenas había cubierto seis cuando su situación económica se volvió insostenible, acumulando atrasos. Raúl no era el dueño de una financiera convencional; operaba en los márgenes oscuros del negocio, prestando sin preguntas, pero con represalias que podían incluir huesos rotos o sustancias ilegales plantadas en tu vida. Así que, cuando Raúl apareció en la oficina de Juan, el ambiente se llenó de una ...

Mi comadre Laura

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Resulta que mi amigo Manuel me llamó por teléfono para preguntarme dónde pasaría la Navidad, y la verdad es que no tenía planes, así que acepté su invitación. Manuel estaba en medio de una disputa con su esposa, y no quería pasar las fiestas sin resolver sus diferencias, a pesar de que tienen dos hijos pequeños. Aparentemente, Laura, la esposa de Manuel, una mujer alta y con una figura que se había vuelto aún más atractiva después de los embarazos, le había descubierto unas llamadas comprometedoras. Manuel confirmó mis sospechas, confesándome que tenía una amante y que estaba perdidamente enamorado de ella. Sin embargo, esa noche de Nochebuena, no podía escaparse para verla, ya que cualquier excusa sería sospechosa. Así que, antes de las doce, nos sentamos a beber, y a esa hora llegaron los regalos y los abrazos. Manuel ya estaba bastan...

La fantasía de un marido

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 Mi nombre es Juan Carlos, estoy casado desde hace una década con Beatriz, una mujer de 35 años cuya serenidad y tradición son como un faro en mi vida. A mí, personalmente, me gusta nadar en las aguas profundas del deseo, mientras que ella prefiere los tranquilos remansos del amor. Hace seis años, en una noche de confesiones, le hablé de mi sueño de ver la pasión desbordarse en un trío, como si fuéramos actores en una obra de teatro de tres personajes. Al principio, ella era como una montaña inamovible, rechazando cada sugerencia con un "no" firme, pero con el tiempo, su negativa se volvió más suave, como una brisa que empieza a cambiar de dirección. Durante nuestros momentos íntimos, le susurraba cuánto me gustaría verla compartir la escena con otro, y a veces, ella jugaba a seguir el guion. Pasaron varias oportunidades como estrellas fugaces, sin llegar a tocar...

Confesiones de una mujer casada

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  Aún sigo pensando que todo fue culpa de mi marido. Vivimos en un barrio de clase media, un oasis de tranquilidad donde los vecinos se conocen como viejos amigos, donde la cordialidad es la norma y el respeto, la moneda de cada día, excepto por aquellos que parecen haber anclado sus almas en el kiosco frente a mi casa, como si fueran barcos de cerveza en el muelle de la tarde. Fue allí donde comenzó mi historia; yo era y soy una clienta habitual de ese comercio, ya que es el más cercano para comprar los cigarrillos que mi marido adora. Una tarde de verano, al salir con el paquete en mano, uno de esos habituales, con ojos de lobo hambriento, me abordó: Hola, rubia, ¿no me convidas un cigarro? - Yo, cortante como siempre, me negué. No puedo darte uno, son para mi marido - respondí sin más, y seguí mi camino, solo para escuchar cómo se mofaba a mis espaldas: Esta rubia se hace la altanera, pero despu...

La fiesta de disfraces

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Con mi marido fuimos invitados a una fiesta de disfraces, un evento de ensueño en una enorme quinta en las afueras de la ciudad de Mendoza. Nos llevó diez días encontrar los disfraces perfectos que nos encantaran y nos representaran. Cuando no eran demasiado pequeños o grandes, sufrían de desgastes, o eran tan simples que no cumplían con nuestras expectativas. Él consiguió un disfraz de fauno tan original que parecía sacado de un cuento antiguo, con una máscara que reflejaba toda la malicia del personaje, una barbilla afilada y cuernos imponentes, una cola peluda extendiéndose desde su cintura, y calzado en forma de pezuña que parecía más arte que zapatilla. Era genial, y lo lucía como si hubiera nacido para ese papel. Yo, por mi parte, encontré el disfraz de Campanita, aquel de Peter Pan, y me quedaba como un guante. Solo tuve que añadir un bombachón de tenis ...

Mi marido se durmió borracho

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  Hoy les vengo a contar cómo fui infiel a mi esposo estando él en la casa, envuelto en el sueño del vino. Fue durante un fin de semana en el que decidimos organizar una reunión en casa, uniendo a compañeros de trabajo tanto suyos como míos. Preparamos una parrillada en el patio; nuestros amigos comenzaron a llegar, sumando unos diez en total, llenando la noche de risas, conversaciones y el ritmo del baile... La estábamos pasando espléndidamente. Algunos eran parejas, otros apenas comenzaban a conocerse, ya que entre los amigos de mi esposo y los míos no había mucha familiaridad. Las bebidas fluían como un río sin fin, y cerca de las 2 am, varios ya estaban navegando por las olas de la euforia. Para las 3 am, la mayoría ya había partido, quedando solo cinco almas. Mi esposo estaba sumido en un mar de borrachera, tanto que se quedó dormido en el sofá, con la copa a...

Nos reencontramos gracias a facebook

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 Mi nombre es Inés. Tengo 57 años, esto pasó hace 5 pero empezó hace muchos años y hace 7 siguió gracias a Facebook. En mi viaje de egresados conocí a Raúl, un chico de Rosario. No pasó nada, debido a la educación muy represiva que recibí, aunque me hubiera gustado. Un tiempo después me escribió, pero no me animé a seguir y nunca le contesté. Hace 7 años, recibí un mensaje por Facebook de Raúl D.B., preguntándome si yo era I.., que vivía en la calle N 440. Hasta de mi vieja dirección se acordaba. Me contó que estaba casado, tenía un hijo, yo le conté de mi matrimonio y mis dos hijos. En fin, entablamos una amistad por FB. Le conté a mi marido, él confiaba ciegamente en mí, por lo que lo aceptó naturalmente. Con el tiempo esa amistad se hizo más fuerte, y un año despu...