Mi nieta Julia , RELATOS E HISTORIAS
Después de 30 años conduciendo autobuses, finalmente llegó mi jubilación. Creí que era el descanso merecido que tanto había anhelado, pero la realidad fue otra. La soledad se hizo sentir con fuerza, especialmente desde que mi esposa falleció hace años, llevándose consigo el brillo de nuestro hogar. Mi hijo intentaba, con frecuencia, que saliera, que conociera nuevas personas, pero nunca nadie pudo llenar el vacío que ella dejó. Así que mis días se disolvían entre pequeños placeres solitarios y horas interminables de reflexión y silencio.
La única luz que quedaba en mi vida era mi nieta Julia. Con su energía desbordante, iluminaba cada rincón de la casa cuando me visitaba, generalmente los fines de semana. Aunque sus visitas siempre tenían un toque de interés, normalmente relacionado con algún favor económico, su presencia me llenaba de vida. Sabía que, tras esas sonrisas encantadoras, solía haber una petición, pero aún así, me costaba decirle que no. Julia tenía esa chispa, esa frescura que me recordaba lo que era sentirse joven.
Un sábado por la mañana, recibí una de sus típicas llamadas. Su voz, dulce y juguetona, me saludó al otro lado de la línea.
—¡Abuelito! ¿Puedo ir a cenar esta noche contigo? —preguntó, con ese tono que siempre me hacía sonreír.
—Claro, cariño. ¿Qué te gustaría cenar? —respondí, sabiendo que la cena era solo la excusa para algo más.
—Pizza suena bien. Nos vemos en la noche.
Llegó con una pequeña bolsa en mano, llena de ropa para cambiarse antes de salir de fiesta. Mientras comíamos, me contó brevemente sobre sus estudios en la universidad, pero pronto el tema cambió de dirección, como siempre lo hacía.
—Abuelo, mis amigas y yo queremos ir a esquiar, pero ya sabes... esos viajes son caros.
La cantidad que mencionó me dejó sin palabras por un momento. Aunque podía permitírmelo, sentí que era el momento de enseñarle el valor de las cosas. Le ofrecí ayudarla con una parte del dinero, pero su expresión cambió de inmediato, como si no fuera suficiente. Sin embargo, antes de que la incomodidad se apoderara de la conversación, mencionó que una amiga suya, Lali, vendría a pasar el rato con ella.
Cuando Lali llegó, la atmósfera cambió. Era una chica tan atractiva como Julia, pero irradiaba una energía distinta, un magnetismo que llenaba la casa. Mientras ambas se retiraron a la habitación para arreglarse antes de salir, yo intentaba concentrarme en la televisión, pero las risas y murmullos que venían de la habitación hacían que mis pensamientos vagaran.
Después de un rato, Julia salió de la habitación para ducharse, dejándome solo en la sala con Lali. Se sentó a mi lado con una sonrisa que mezclaba inocencia y picardía, y comenzó a hablarme. Desde el primer momento, su tono era diferente. Cada palabra suya parecía un susurro que buscaba despertar algo en mí. Había en sus gestos una provocación sutil, pero clara, como si quisiera probar hasta dónde llegaría.
—Julia siempre me dice lo generoso que eres, abuelito —dijo Lali, con una sonrisa que ocultaba algo más que gratitud.
—Es mi única nieta, claro que lo soy —respondí, tratando de mantener un tono neutral.
—¿Y no serías generoso conmigo también? —susurró, inclinándose ligeramente hacia mí, sus ojos brillando con una mezcla de travesura y tentación.
Mis pensamientos comenzaron a nublarse. Lali era diferente a cualquier joven que hubiera conocido antes. Su forma de hablar, sus miradas furtivas, todo en ella parecía estar diseñado para tentar, para jugar con mis sentidos. A pesar de mis intentos de mantenerme sereno, sentía que algo en mí se despertaba, algo que había creído perdido. Sabía que cruzar esa línea tendría consecuencias, pero el deseo era un fuego difícil de apagar.
De repente, el sonido de la puerta del baño al abrirse nos sacó de ese momento. Julia volvió, fresca, perfumada y lista para la noche. Respiré profundo, aliviado y, al mismo tiempo, inquieto por la mezcla de emociones que se arremolinaban en mi interior.
Más tarde, cuando ambas se despidieron para ir a la discoteca, la casa quedó sumida en un silencio abrumador. Sin embargo, mis pensamientos no dejaban de vagar hacia lo que había sucedido con Lali. Su sonrisa, sus insinuaciones, todo seguía rondando mi mente como un eco constante. Sabía que debía alejarme de esas tentaciones, pero los deseos que creía enterrados parecían cobrar vida con una intensidad que no esperaba.
Esa noche el sueño fue imposible. Mis pensamientos fluctuaban entre lo que era y lo que pudo haber sido, entre el arrepentimiento y el deseo. Las horas pasaron lentamente, y yo no podía encontrar la paz. Sabía que lo correcto era mantenerme firme, pero a veces, la mente y el cuerpo tienen sus propios caminos, y resistir no siempre es fácil.
---
Con el tiempo, las visitas de Lali comenzaron a ser más frecuentes, incluso cuando Julia no estaba. Al principio, pensé que solo venía por cortesía, para acompañarme y hacerme compañía. Pero pronto, sus charlas se hicieron más cercanas, sus miradas más intensas, sus sonrisas más juguetonas. Había en el aire una tensión innegable que ambos fingíamos no notar, pero que se hacía presente con cada visita. A menudo, me hablaba de su vida, de sus sueños, pero siempre había un subtexto, una provocación disfrazada de inocencia.
Julia, por su parte, también parecía haber notado el cambio en la dinámica. Con el paso del tiempo, sus pedidos se hicieron más frecuentes y directos. Ya no había necesidad de disfrazarlos con excusas, simplemente sabía que obtendría lo que quería. Sin embargo, en sus ojos también veía algo más. Una especie de complicidad, como si estuviera al tanto de las visitas de Lali, pero no le molestara.
Las dos chicas, de formas distintas, comenzaron a ocupar más espacio en mi vida de lo que jamás habría imaginado. Me encontraba en una encrucijada emocional, atrapado entre la tentación y la razón, entre el deseo de juventud y la necesidad de autocontrol.
---
Si te ha gustado esta historia, no olvides recorrer el blog y compartirlo. ¡Únete a nuestra comunidad de literatura erótica y sigue disfrutando de relatos que despierten tus sentidos! Y si nos sigues en Facebook o Twitter, te lo agradeceremos aún más. ¡Gracias por ser parte!
Very Hot q ricooo
ResponderBorrar