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EL ASILO DE ANCIANOS MAS FELIZ DEL MUNDO

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Actualmente trabajo en un asilo de ancianos, y lo que les voy a contar fue el inicio de la pérdida de mi "autocontrol". Tengo 25 años, me llamo Lisa; no es por presumir, pero tengo una figura bien formada, con curvas que llaman la atención. Mi piel es blanca, y mi cabello negro siempre está bien cuidado y arreglado, al igual que mi maquillaje. Al inicio, el asilo era un lugar de calma, tan tranquilo que mi atuendo no me preocupaba, ya fueran escotes o faldas cortas. ¿Qué iba a sentir un anciano? Sus tiempos de juventud ya habían pasado, o eso creía yo. Mis días transcurrían jugando ajedrez con ellos, sirviendo la comida a las 2 de la tarde y ayudándolos a pasear por el jardín. Todos superaban los 60 años, y la mayor parte del tiempo dormían. Era un trabajo aburrido pero fácil, en un entorno pacífico donde no éramos muchos trabajadores, ya que los ancianos no ten...

EL VELORIO, MI COMADRE Y YO

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Hola amigos del grupo de Historias y Relatos Hot en Facebook, les comparto este relato con la esperanza de que les guste. Mis compadres, Samuel y Victoria, a quienes llamo Vicky, tienen 58 y 39 años respectivamente, y desde hace 17 años somos padrinos del segundo de sus hijos. Vicky siempre ha tenido un encanto especial para mí; su cabello corto ahora teñido de un rubio brillante le da un aire juvenil. Sus senos, aunque con el paso del tiempo han ganado cierta gravedad, siguen siendo imponentes y seductores. Sus piernas, pese a acercarse a los cuarenta, mantienen una firmeza envidiable. En noches de copas con mi compadre, le he confesado mi atracción, pero Vicky siempre se mantenía fiel, asegurando su amor por su esposo. Sin embargo, fuentes cercanas me revelaron que Samuel, por su edad y alguna enfermedad, ya no podía brindarle la pasión que ella anhelaba. Ahí encontré mi oportunidad. La ocasión se present...

EL VERDULERO Y MI MAMÁ

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  Vivíamos en una casa cómoda, bañada por el sol de la tarde, gracias al trabajo de mi padre en el Banco Nación. Mi madre, un símbolo de devoción y recato, guardaba su belleza en las líneas suaves de su rostro y en su pelo castaño, siempre recogido en un chuflín, como si quisiera mantener su atractivo bajo secreto. Su vestimenta modesta no podía ocultar la gracia de su figura, la curvatura de su silueta que parecía esculpida por manos divinas, ni las piernas que hablaban de juventud y vigor. El vecindario se transformó con la llegada de un hombre de presencia abrumadora, piel trigueña y cabello como la noche, dueño de una verdulería que se convirtió en un oasis para las almas sedientas de algo más que frutas y verduras. Era un hombre de pocas palabras pero de miradas elocuentes, y la atención que dedicaba a mi madre era como el sol que busca atravesar las ...

Fuí Infiel como nunca me imaginé.

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Soy una ama de casa, una mujer dedicada a las tareas domésticas y a tejer el tapiz de la vida familiar. No tengo la destreza de un narrador profesional, pero intentaré contar esta historia con la misma transparencia de mi alma. Mi esposo, con la regularidad de un reloj, se reúne con amigos de su equipo de fútbol, la mayoría solteros, una vez por semana. Regresa a casa con la alegría del vino en sus venas, pero también con un eco de las costumbres que empiezan a preocuparme. Su libertad, alimentada por la soltería de sus compañeros, me hace sentir que camina por senderos que podrían desviarlo de nuestro hogar. Esa noche, después de sumergirme en las páginas de historias eróticas, especialmente aquellas que hablan de amores prohibidos y encuentros de más de dos, me fui a la cama con la mente llena de imágenes y el cuerpo anhelante del regreso de mi esposo. El sueño me envolvi...

MI primera infidelidad

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Me convertí en infiel sin poder oponerme, sin querer evitarlo. Mi relato les ayudará a entender lo que comento. Me describo mi nombre es Edith, siempre visto informal, con jeans y zapatillas urbanas , debes encuando zapatillas deportivas, no suelo usar faldas, ahora tengo 40 años, mido 1.60 mts. , morena clara cabello castaño no destaco en nada, no tengo un par de tetas de escándalo ni tan siquiera un de infarto. Estoy casada desde hace 17 años, tengo 3 hijos. Vivo en en la zona sur del conurbano bonaerense. Todo comezó el verano del 2008. Un día igual que todos los demás, me levanto corriendo al escuchar el despertador mi marido ni se inmuta, sigue durmiendo. Soy su cocinera, su sirvienta, soy su lavandera, soy su. Mi relación con el no era buena en ese momento, en el sexo es... bueno, pero al terminar éramos nuevamente dos extraños. El se dedicaba mucho a su trabajo regresaba de este demasiado tar...

La cena con mi prima

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Esto sucedió hace casi un par de años atrás. Mi prima, de 24 años, madre soltera de dos niños de diferentes padres, me invitó a un encuentro que cambiaría la percepción que tenía de ella. Yo, con apenas 18 años, vivía con mi madre y mi tía, la madre de mi prima. Ella había atravesado recientemente una separación dolorosa y estaba sumida en una melancolía que la llevó a organizar una noche de pizzas en su casa con algunos amigos. No tengo mucha conexión con ella, pero por pura casualidad, estábamos juntos en mi casa cuando me extendió la invitación, pidiéndome además que la ayudara con la preparación de las pizzas. Justo cuando estaba a punto de inventar una excusa para declinar, mi madre, conocedora de mi talento culinario, me animó a ir, recordándole a mi prima lo bien que me salían las pizzas. Así ...

LA INVITACIÓN DE LOS AMIGOS DE MI MARIDO

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Hace cinco años que estoy casada, viviendo una vida que era un espejo de tranquilidad hasta que las grietas empezaron a aparecer. Mi esposo, con una sombra de celos que a veces se convertía en una tormenta de ira y violencia, me llevó a un punto donde la idea de infidelidad se convirtió en una liberación, un motivo justificable para el dolor que él me causaba. Esa noche, acordamos ir a un restaurante con pista de baile, junto a dos amigos de mi esposo, Omar y Julián. Omar, el casado, y Julián, el eterno soltero con una nueva compañera cada luna. Mi esposo me pidió que vistiera un vestido blanco, corto, que besaba mis rodillas, con medias naturales, un atuendo que me hacía sentir como una flor en primavera, atrayendo las miradas de los que pasan. Llegamos al punto de encuentro, pero las parejas de mis acompañantes no aparecieron, excusándose con la típica razón de que no quer...