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Fuí Infiel como nunca me imaginé.

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Soy una ama de casa, una mujer dedicada a las tareas domésticas y a tejer el tapiz de la vida familiar. No tengo la destreza de un narrador profesional, pero intentaré contar esta historia con la misma transparencia de mi alma. Mi esposo, con la regularidad de un reloj, se reúne con amigos de su equipo de fútbol, la mayoría solteros, una vez por semana. Regresa a casa con la alegría del vino en sus venas, pero también con un eco de las costumbres que empiezan a preocuparme. Su libertad, alimentada por la soltería de sus compañeros, me hace sentir que camina por senderos que podrían desviarlo de nuestro hogar. Esa noche, después de sumergirme en las páginas de historias eróticas, especialmente aquellas que hablan de amores prohibidos y encuentros de más de dos, me fui a la cama con la mente llena de imágenes y el cuerpo anhelante del regreso de mi esposo. El sueño me envolvi...

MI primera infidelidad

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Me convertí en infiel sin poder oponerme, sin querer evitarlo. Mi relato les ayudará a entender lo que comento. Me describo mi nombre es Edith, siempre visto informal, con jeans y zapatillas urbanas , debes encuando zapatillas deportivas, no suelo usar faldas, ahora tengo 40 años, mido 1.60 mts. , morena clara cabello castaño no destaco en nada, no tengo un par de tetas de escándalo ni tan siquiera un de infarto. Estoy casada desde hace 17 años, tengo 3 hijos. Vivo en en la zona sur del conurbano bonaerense. Todo comezó el verano del 2008. Un día igual que todos los demás, me levanto corriendo al escuchar el despertador mi marido ni se inmuta, sigue durmiendo. Soy su cocinera, su sirvienta, soy su lavandera, soy su. Mi relación con el no era buena en ese momento, en el sexo es... bueno, pero al terminar éramos nuevamente dos extraños. El se dedicaba mucho a su trabajo regresaba de este demasiado tar...

La cena con mi prima

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Esto sucedió hace casi un par de años atrás. Mi prima, de 24 años, madre soltera de dos niños de diferentes padres, me invitó a un encuentro que cambiaría la percepción que tenía de ella. Yo, con apenas 18 años, vivía con mi madre y mi tía, la madre de mi prima. Ella había atravesado recientemente una separación dolorosa y estaba sumida en una melancolía que la llevó a organizar una noche de pizzas en su casa con algunos amigos. No tengo mucha conexión con ella, pero por pura casualidad, estábamos juntos en mi casa cuando me extendió la invitación, pidiéndome además que la ayudara con la preparación de las pizzas. Justo cuando estaba a punto de inventar una excusa para declinar, mi madre, conocedora de mi talento culinario, me animó a ir, recordándole a mi prima lo bien que me salían las pizzas. Así ...

LA INVITACIÓN DE LOS AMIGOS DE MI MARIDO

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Hace cinco años que estoy casada, viviendo una vida que era un espejo de tranquilidad hasta que las grietas empezaron a aparecer. Mi esposo, con una sombra de celos que a veces se convertía en una tormenta de ira y violencia, me llevó a un punto donde la idea de infidelidad se convirtió en una liberación, un motivo justificable para el dolor que él me causaba. Esa noche, acordamos ir a un restaurante con pista de baile, junto a dos amigos de mi esposo, Omar y Julián. Omar, el casado, y Julián, el eterno soltero con una nueva compañera cada luna. Mi esposo me pidió que vistiera un vestido blanco, corto, que besaba mis rodillas, con medias naturales, un atuendo que me hacía sentir como una flor en primavera, atrayendo las miradas de los que pasan. Llegamos al punto de encuentro, pero las parejas de mis acompañantes no aparecieron, excusándose con la típica razón de que no quer...

El primer trio

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Soy una mujer de 43 años, casada, con tres hijos, conservando mi figura gracias al deporte diario. Mis atributos, aunque modestamente descritos, son un busto elegante y un trasero firme, esculpidos por la dedicación al ejercicio. La historia que voy a compartir es de esas que nunca imaginé vivir. Mi marido, con el pasar de los años, había insinuado la idea de un trío, algo que al principio rechazaba con vehemencia, tachándolo de inapropiado. Sin embargo, su paciencia y el conocimiento profundo de mis deseos más ocultos, cultivado en 22 años de matrimonio, fueron minando mis defensas. Nos introdujo en este juego de fantasías con un juguete, un consolador que parecía más real que la vida misma, más grande que la naturaleza de mi esposo. Este se convirtió en un ritual semanal de nuestro amor, y con el tiempo, en una necesidad personal para mí, incluso en momentos de soledad. Una noch...

El masaje de mi suegro

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La invitación para disfrutar un fin de semana en una estancia de campo llegó como una brisa de verano, prometiendo días llenos de sol y noches estrelladas. Llegamos el viernes por la tarde, la cena fue una reunión íntima, y pronto mi suegra, con una excusa para salir, llevó a mi esposo a la ciudad cercana, dejándome en la quietud de la casa con la piscina como mi refugio. Decidí aprovechar el sol en su máxima expresión, estrenando un bikini tan delicado que parecía tejido de rayos de sol, apenas un susurro sobre mi piel. Las tiras finas como hilos de luz no ocultaban mucho, y menos aún la parte trasera, donde el sol parecía besar cada curva con una intimidad que solo la naturaleza podía presenciar. Había olvidado, en mi soledad, la presencia de mi suegro, Ernesto, un hombre de pocas palabras pero con una mirada que podía desnudar el alma. Meses atrás, en otra visita...

La reunión de amigos

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Hola, soy Fernanda, una mujer casada desde hace cinco años, de estatura mediana, 1.60 metros, con una silueta esbelta, piel blanca y un cabello castaño oscuro que cae como una cascada. Dicen que mis atributos más notables son mis curvas traseras y mis piernas, y no es de extrañar, ya que el gimnasio es mi segundo hogar. Hace poco, me reuní con mis amigos de la preparatoria para tomar un café. Decidimos dejar a nuestras parejas en casa para que la nostalgia y la camaradería fluyeran sin restricciones. Llegué un poco tarde al encuentro y, al saludar, me senté junto a un amigo que, en nuestro pasado escolar, había mostrado interés en mí, aunque entonces no me atraía. El tiempo, sin embargo, había sido generoso con él, transformándolo en un hombre de notable atractivo. La reunión fue encantadora, pero como la noche avanzaba, algunos comenzaron a despedirse. Mi amigo, al...