EL ASILO DE ANCIANOS MAS FELIZ DEL MUNDO

Actualmente trabajo en un asilo de ancianos, y lo que les voy a contar fue el inicio de la pérdida de mi "autocontrol". Tengo 25 años, me llamo Lisa; no es por presumir, pero tengo una figura bien formada, con curvas que llaman la atención. Mi piel es blanca, y mi cabello negro siempre está bien cuidado y arreglado, al igual que mi maquillaje. Al inicio, el asilo era un lugar de calma, tan tranquilo que mi atuendo no me preocupaba, ya fueran escotes o faldas cortas. ¿Qué iba a sentir un anciano? Sus tiempos de juventud ya habían pasado, o eso creía yo. Mis días transcurrían jugando ajedrez con ellos, sirviendo la comida a las 2 de la tarde y ayudándolos a pasear por el jardín. Todos superaban los 60 años, y la mayor parte del tiempo dormían. Era un trabajo aburrido pero fácil, en un entorno pacífico donde no éramos muchos trabajadores, ya que los ancianos no ten...