La fantasía de un marido

Mi nombre es Juan Carlos, estoy casado desde hace una década con Beatriz, una mujer de 35 años cuya serenidad y tradición son como un faro en mi vida. A mí, personalmente, me gusta nadar en las aguas profundas del deseo, mientras que ella prefiere los tranquilos remansos del amor. Hace seis años, en una noche de confesiones, le hablé de mi sueño de ver la pasión desbordarse en un trío, como si fuéramos actores en una obra de teatro de tres personajes. Al principio, ella era como una montaña inamovible, rechazando cada sugerencia con un "no" firme, pero con el tiempo, su negativa se volvió más suave, como una brisa que empieza a cambiar de dirección. Durante nuestros momentos íntimos, le susurraba cuánto me gustaría verla compartir la escena con otro, y a veces, ella jugaba a seguir el guion. Pasaron varias oportunidades como estrellas fugaces, sin llegar a tocar...